Los ronquidos infantiles cuando están enfermos: qué significan y cómo ayudar

Este artículo es solo para fines informativos y no constituye asesoramiento médico. Si tiene alguna afección médica, problema de salud o presenta síntomas, consulte a un profesional de la salud calificado o a su médico. Busque siempre la orientación de un profesional médico antes de tomar cualquier decisión relacionada con su salud.

Cuando tu hijo está enfermo, los ronquidos pueden convertirse de repente en parte de tu rutina a la hora de dormir. Puede sonar un poco alarmante, pero no te preocupes, normalmente no es nada grave. Entender qué hay detrás de esas noches ruidosas y conocer algunos trucos sencillos puede marcar una gran diferencia tanto para ti como para tu pequeño. Vamos a explicarlo de una forma que sea fácil de entender (y poner en práctica).

¿Por qué los niños roncan cuando están enfermos?

Los ronquidos son algo habitual en los niños, especialmente cuando están enfermos. Se producen cuando el flujo de aire se bloquea parcialmente al pasar por la nariz y la garganta, lo que hace que los tejidos de las vías respiratorias vibren. Estas vibraciones producen el conocido sonido de los ronquidos, que puede ser suave y ocasional o fuerte y persistente. Cuando un niño está enfermo, la probabilidad de roncar aumenta debido a factores como la congestión nasal, la inflamación de la garganta u otras afecciones que restringen el flujo de aire.

Enfermedades comunes que pueden causar ronquidos

Los ronquidos en los niños suelen estar relacionados con enfermedades temporales o afecciones crónicas que restringen el flujo de aire a través de los conductos nasales y la garganta. Comprender cómo las enfermedades comunes contribuyen a los ronquidos puede ayudar a los padres a tomar medidas para aliviar el problema y garantizar que su hijo duerma bien por la noche.

Infecciones respiratorias

Las infecciones respiratorias, como los resfriados, la gripe y la bronquitis, se encuentran entre las causas más comunes de los ronquidos en los niños. Estas enfermedades pueden provocar:

  • Congestión nasal: Las infecciones a menudo causan hinchazón en los conductos nasales y acumulación de moco, lo que dificulta que el aire fluya sin problemas.

  • Inflamación de la garganta: el dolor de garganta y los tejidos inflamados causados ​​por infecciones virales o bacterianas pueden estrechar aún más las vías respiratorias.

Cuando la nariz de un niño está obstruida debido a la acumulación de mucosidad, se ve obligado a respirar por la boca mientras duerme. La respiración bucal altera el flujo natural del aire y aumenta la probabilidad de vibraciones en la garganta, que producen el sonido de los ronquidos. Además, dormir acostado agrava la congestión, ya que la gravedad hace que la mucosidad se acumule en los conductos nasales.

Alergias estacionales

Las alergias son otra causa frecuente de ronquidos en los niños. Las alergias estacionales provocadas por el polen, el moho o la hierba pueden provocar síntomas como hinchazón nasal, estornudos y sobreproducción de mucosidad. Estos síntomas dificultan el paso del aire por las fosas nasales, lo que aumenta las probabilidades de roncar.

Cuando un niño se expone a alérgenos, su sistema inmunológico responde liberando histaminas. Esta reacción provoca inflamación en la nariz y la garganta, lo que restringe el flujo de aire y obliga al niño a respirar por la boca. La exposición crónica a alérgenos también puede irritar las vías respiratorias, lo que puede hacer que los ronquidos se conviertan en un problema recurrente durante la temporada de alergias.

Asma y ronquidos

El asma, una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, es otro factor que contribuye a los ronquidos en los niños. Durante un episodio de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensan y el revestimiento de las mismas se inflama, lo que dificulta la respiración. Estas restricciones también pueden provocar ronquidos, especialmente por la noche, cuando el cuerpo está en reposo.

¿Por qué el asma puede causar ronquidos?

  • Estrechamiento de las vías respiratorias: la inflamación y la producción de moco reducen el diámetro de las vías respiratorias, aumentando la resistencia al flujo de aire.

  • Síntomas del asma nocturno: síntomas como tos, sibilancia u opresión en el pecho suelen empeorar durante la noche, lo que agrava aún más las dificultades respiratorias.

El papel del flujo de aire y la anatomía en los ronquidos

El flujo de aire es fundamental para la respiración normal. Para que no se interrumpa, las fosas nasales, la garganta y la boca deben permanecer despejadas y sin obstrucciones. Cuando un niño está enfermo, sus vías respiratorias pueden estrecharse, ya sea por la inflamación de los tejidos o por una acumulación de mucosidad. Este estrechamiento obliga al aire a moverse con más fuerza a través de la garganta, lo que provoca vibraciones que dan lugar a los ronquidos.

La anatomía de las vías respiratorias de un niño también desempeña un papel importante. Los niños tienen vías respiratorias más pequeñas en comparación con los adultos, por lo que incluso los bloqueos menores causados ​​por una enfermedad pueden tener un impacto notable. Características como el agrandamiento de las amígdalas, los adenoides o incluso un tabique nasal desviado pueden contribuir aún más a restringir el flujo de aire, lo que hace que los ronquidos sean más probables cuando se combinan con síntomas relacionados con la enfermedad.

Factores desencadenantes comunes de los ronquidos durante una enfermedad

Si bien los ronquidos pueden deberse a diversas razones, ciertos desencadenantes son más comunes cuando un niño está enfermo. Estos desencadenantes suelen ser temporales y estar relacionados con los síntomas específicos de la enfermedad. Comprender estos factores puede ayudar a los cuidadores a identificar la causa raíz y encontrar formas de aliviar el problema.

Congestión

La congestión nasal es una de las razones más comunes por las que los niños roncan cuando no se encuentran bien. Enfermedades como los resfriados o las infecciones sinusales pueden provocar una acumulación de mucosidad en los conductos nasales, lo que bloquea el flujo de aire. Cuando la nariz está obstruida, los niños instintivamente pasan a respirar por la boca, lo que aumenta las probabilidades de roncar. La boca y la garganta no son tan eficientes como la nariz a la hora de filtrar y dirigir el flujo de aire, por lo que es más probable que se produzcan vibraciones en estas zonas.

Cómo abordar la congestión
  • Utilice un aerosol nasal de solución salina para limpiar suavemente los conductos nasales.

  • Utilice un humidificador de vapor frío para agregar humedad al aire y reducir la irritación nasal.

  • Anime a su hijo a beber mucho líquido para diluir la mucosidad y promover el drenaje.

Amígdalas o adenoides inflamadas

Las amígdalas y los adenoides son pequeños tejidos ubicados en la parte posterior de la garganta y de las fosas nasales, respectivamente. Forman parte del sistema inmunológico y pueden hincharse durante una enfermedad, ya que combaten las infecciones. Cuando estos tejidos se agrandan, reducen el espacio en las vías respiratorias, lo que dificulta el paso del aire. Este estrechamiento es una de las principales causas de los ronquidos en los niños, especialmente durante las enfermedades respiratorias.

Signos de amígdalas o adenoides inflamadas
  • Dificultad para tragar o respirar.

  • Respiración bucal persistente, incluso durante el día.

  • Ronquidos fuertes acompañados de pausas frecuentes en la respiración.

Posición para dormir

La posición en la que duerme un niño puede afectar significativamente la probabilidad de roncar. Cuando un niño se recuesta boca arriba, la gravedad hace que la lengua y el paladar blando se relajen y caigan hacia atrás, obstruyendo parcialmente las vías respiratorias. Esto aumenta la probabilidad de roncar, especialmente si el niño ya tiene congestión o tejidos inflamados.

Consejos para optimizar la posición para dormir
  • Fomente que el niño duerma de lado colocando una manta enrollada detrás para evitar que se dé la vuelta y quede boca arriba.

  • Utilice una almohada ligeramente elevada para mantener la cabeza elevada, lo que puede ayudar a abrir las vías respiratorias.

¿Es normal roncar durante una enfermedad?

En la mayoría de los casos, los ronquidos durante una enfermedad son una respuesta normal y temporal a síntomas como congestión, inflamación de garganta u otros problemas respiratorios. A medida que el niño se recupera, los ronquidos suelen disminuir y finalmente desaparecen por completo. Sin embargo, los ronquidos persistentes o fuertes que continúan más allá de la duración de la enfermedad pueden indicar un problema subyacente que requiere atención.

Cuándo preocuparse

Si bien los ronquidos ocasionales suelen ser inofensivos, los padres deben estar atentos a señales que puedan indicar un problema más grave:

  • Ronquidos frecuentes: que ocurren más de tres noches a la semana.

  • Respiración interrumpida: jadeo, ahogo o pausas notables en la respiración.

  • Inquietud o alteraciones del sueño: despertares frecuentes, pesadillas o movimientos en la cama.

  • Somnolencia diurna: dificultad para mantenerse despierto o concentrado durante el día.

Entender los ronquidos temporales y los persistentes

Los ronquidos pueden variar significativamente en cuanto a su frecuencia y duración, especialmente en los niños. Diferenciar entre ronquidos temporales y persistentes es esencial para entender si la afección es un efecto secundario inofensivo de una enfermedad o un signo de un problema subyacente que requiere mayor atención.

¿Qué son los ronquidos temporales?

Los ronquidos temporales son una afección de corta duración que suele estar asociada a enfermedades agudas como resfriados, gripe o infecciones sinusales. Suele aparecer esporádicamente durante la noche y suele remitir una vez que la enfermedad ha pasado su curso.

Características de los ronquidos temporales:

  • De naturaleza suave: el sonido suele ser suave e intermitente en lugar de fuerte o continuo.

  • Provocados por enfermedad: Factores como la congestión nasal, la inflamación de la garganta o las amígdalas hinchadas durante una enfermedad crean bloqueos que provocan ronquidos.

  • Mejora con la recuperación: a medida que disminuyen los síntomas como la acumulación de moco y la hinchazón de las vías respiratorias, los ronquidos generalmente se resuelven sin intervención médica.

  • Dependencia de la posición: los ronquidos temporales suelen estar influenciados por la posición al dormir. Por ejemplo, los niños que se acuestan boca arriba pueden roncar más debido a la relajación de las vías respiratorias.

Las vías respiratorias de los niños son más pequeñas y más propensas a obstruirse cuando están enfermos. Incluso una hinchazón o congestión leve puede interrumpir el flujo de aire y provocar ronquidos. Sin embargo, como esto está directamente relacionado con la enfermedad, no suele ser motivo de preocupación a menos que esté acompañado de otros síntomas alarmantes, como pausas en la respiración o jadeos.

¿Qué son los ronquidos persistentes?

Los ronquidos persistentes, por el contrario, son más frecuentes y constantes. Suelen ocurrir varias noches a la semana y pueden no mejorar incluso después de que la enfermedad se haya curado. Este tipo de ronquidos podría indicar factores anatómicos, ambientales o de salud subyacentes que interfieren con la respiración normal durante el sueño.

Características de los ronquidos persistentes:

  • Frecuentes y fuertes: los ronquidos pueden ocurrir la mayoría de las noches e incluso pueden perturbar el sueño de otras personas en el hogar.

  • Independiente de la enfermedad: los ronquidos persistentes continúan incluso cuando el niño está sano, lo que sugiere que no son causados ​​únicamente por factores temporales como resfriados o alergias.

  • Asociado a otros síntomas: Puede estar acompañado de signos como fatiga diurna, dificultad para concentrarse o cambios de comportamiento.

  • Posibles causas subyacentes: Afecciones como amígdalas o adenoides agrandadas, tabique desviado o alergias crónicas podrían contribuir a los ronquidos persistentes.

Por qué los ronquidos persistentes merecen atención

Los ronquidos persistentes no deben ignorarse, ya que pueden indicar afecciones como trastornos respiratorios del sueño o apnea obstructiva del sueño. Estas afecciones pueden tener efectos de gran alcance en la salud y el desarrollo del niño, entre ellos:

  • Ciclos de sueño interrumpidos: los despertares frecuentes pueden impedir un sueño profundo y reparador.

  • Desafíos cognitivos: El sueño de mala calidad puede afectar la memoria, la atención y el aprendizaje.

  • Problemas de comportamiento: La fatiga puede manifestarse como irritabilidad, hiperactividad o agresión.

  • Preocupaciones sobre la salud física: En casos graves, afecciones como la AOS pueden provocar privación de oxígeno y afectar la salud cardiovascular.

Cómo ayudar a un niño que ronca debido a una enfermedad

Cuando un niño ronca porque está enfermo, suele ser un problema temporal que se puede aliviar con algunos cuidados y atención sencillos. El objetivo es reducir los factores que contribuyen a los ronquidos, como la congestión, la irritación de garganta o una mala postura para dormir, y crear un entorno que favorezca una mejor respiración. Esto es lo que puede hacer para ayudar.

Aliviar la congestión

La congestión nasal es una causa común de ronquidos durante una enfermedad. El uso de un aerosol nasal de solución salina o un humidificador de vapor frío en la habitación de su hijo puede ayudar a aflojar la mucosidad y reducir las obstrucciones nasales. Fomentar la hidratación es otra forma eficaz de diluir la mucosidad, lo que facilita que las vías respiratorias se mantengan despejadas. En el caso de los niños más pequeños, la succión suave de la nariz también puede ser útil para eliminar el exceso de mucosidad.

Mejorar la posición para dormir

La posición en la que duerme un niño puede afectar significativamente sus ronquidos. Dormir boca arriba puede empeorar los ronquidos, ya que la gravedad hace que la lengua y el paladar blando se relajen y bloqueen parcialmente las vías respiratorias. Animar a tu hijo a dormir de lado puede ayudar a mantener abiertas las vías respiratorias y reducir la intensidad de los ronquidos. Además, elevarle ligeramente la cabeza con una almohada adicional puede favorecer un mejor flujo de aire y facilitar la respiración.

Calmar la garganta

Si los ronquidos de su hijo se deben a una irritación de garganta o a una inflamación de las amígdalas, aliviar la garganta puede marcar la diferencia. Ofrecerle bebidas calientes, como infusiones o miel con agua (si su hijo tiene más de un año), puede ayudar a reducir la inflamación. Hacer gárgaras con agua salada, si su hijo tiene la edad suficiente, es otro remedio sencillo para reducir la irritación y la inflamación de la garganta.

Cree un ambiente confortable para dormir

Un entorno de sueño bien preparado puede favorecer una mejor respiración y reducir los ronquidos. Mantener la habitación ligeramente húmeda con un humidificador puede evitar que las vías respiratorias se sequen. Reducir los alérgenos, como el polvo o la caspa de las mascotas, en el dormitorio también puede minimizar la irritación adicional, especialmente si su hijo tiene alergias que empeoran su enfermedad. Una habitación tranquila y oscura promoverá aún más un sueño reparador, lo que ayudará a que su hijo se recupere más rápido.

Cuándo buscar asesoramiento médico

Si bien muchos casos de ronquidos durante una enfermedad se resuelven por sí solos, ciertos signos deben motivar una consulta con un pediatra:

  • Ronquidos que persisten más allá de la enfermedad o que ocurren regularmente, independientemente de la salud.

  • Ronquidos fuertes y molestos que se pueden escuchar desde fuera del dormitorio del niño.

  • Síntomas asociados como enuresis, sudores nocturnos o pausas notables en la respiración.

  • Signos de fatiga diurna, cambios de comportamiento o dificultad para concentrarse.

Un pediatra puede realizar un examen físico y preguntar sobre los síntomas de su hijo para determinar los pasos a seguir. Si es necesario, puede recomendar una visita a un otorrinolaringólogo o la realización de pruebas adicionales, como un estudio del sueño, para descartar la apnea del sueño u otras afecciones.

Conclusión

Si su hijo ronca mientras está enfermo, puede ser un poco preocupante, pero a menudo es solo el resultado temporal de la congestión o la inflamación de las vías respiratorias causada por su enfermedad. Con algunos ajustes simples, como ayudarlo a respirar mejor, optimizar su posición para dormir y mantener su habitación cómoda, puede hacer que sus noches sean más tranquilas y ayudarlo a recuperarse más rápido.

Sin embargo, siempre es importante estar atento a sus síntomas. Si los ronquidos son fuertes, persistentes o están acompañados de signos inusuales como pausas en la respiración o fatiga extrema, tal vez sea momento de consultar con un pediatra. Sin embargo, la mayoría de las veces, estas noches ruidosas pasarán y tu pequeño volverá a tener un sueño profundo y tranquilo en poco tiempo.

Preguntas frecuentes

¿Es normal que mi hijo ronque cuando está enfermo?

Sí, es común que los niños ronquen cuando están enfermos. La congestión, la inflamación de los conductos nasales o la inflamación de la garganta pueden dificultar el flujo de aire, lo que provoca ronquidos. Por lo general, esto es temporal y mejora a medida que se resuelve la enfermedad.

¿Qué provoca que mi hijo ronque cuando tiene un resfriado o gripe?

Enfermedades como los resfriados o la gripe suelen provocar congestión nasal e hinchazón de garganta, lo que estrecha las vías respiratorias. Esto puede hacer que su hijo respire por la boca, lo que aumenta las probabilidades de que ronque.

¿Debo preocuparme si mi hijo ronca cuando está enfermo?

Los ronquidos ocasionales durante una enfermedad no suelen ser motivo de preocupación. Sin embargo, si los ronquidos son persistentes, muy fuertes o están acompañados de jadeos, pausas en la respiración u otros síntomas inusuales, es buena idea hablar con el pediatra.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a dejar de roncar cuando está enfermo?

Medidas sencillas como limpiarles las fosas nasales con un aerosol de solución salina, usar un humidificador y alentarlos a dormir de lado pueden ayudar a reducir los ronquidos. Mantenerlos hidratados y asegurarse de que su habitación esté libre de irritantes como el polvo también puede marcar la diferencia.

¿Cuál es la mejor posición para dormir para un niño que ronca?

Dormir de lado suele ser mejor para los niños que roncan, ya que ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias. Si están acostumbrados a dormir boca arriba, puedes alentarlos suavemente a dormir de lado colocando una manta enrollada detrás de ellos para que se sujeten.

¿Cuándo debo consultar a un médico por los ronquidos de mi hijo?

Si los ronquidos de su hijo continúan después de recuperarse de su enfermedad o si están acompañados de síntomas inusuales como dificultad para respirar, fatiga diurna o cambios de comportamiento, es una buena idea buscar asesoramiento médico.

Cómo dejar de roncar: remedios para una noche tranquila ¿Por qué mi perro ronca tan fuerte?

Carrito de compras

Limitado: Estuche de viaje gratuito de $30 con la compra de Sleepbuds

No hay más productos disponibles para comprar

Su carrito está vacio.

Add Sleepbuds back in your cart below

Ozlo Buds

$299.00

Agotado

OR

TAKE ME TO SLEEPBUDS PAGE
×

Welcome to Ozlo!

Please select your country from the list below.