¿El aumento de peso causa ronquidos?
Los ronquidos no son solo una molestia nocturna; a menudo son señal de problemas más profundos que afectan la respiración y la salud en general. Si bien muchos factores pueden contribuir a los ronquidos, uno de los más ignorados y subestimados es el sobrepeso. El aumento de peso, especialmente en el cuello y la parte superior del cuerpo, puede restringir físicamente el flujo de aire y aumentar significativamente la probabilidad y la gravedad de los ronquidos.
En este artículo, exploraremos la ciencia que explica cómo el peso afecta la respiración durante el sueño, por qué incluso un aumento de peso moderado puede provocar ronquidos y qué puedes hacer para revertirlo. También analizaremos la relación entre el peso y la apnea del sueño, y cómo abordar ambos problemas puede mejorar drásticamente la calidad del sueño, tanto para ti como para tu pareja.

Cómo el exceso de grasa afecta físicamente tu respiración durante el sueño
Para entender por qué el aumento de peso produce ronquidos, es útil observar lo que realmente sucede dentro del cuerpo cuando uno se acuesta.
Grasa del cuello y estrechamiento de las vías respiratorias
Uno de los principales mecanismos es la acumulación de grasa alrededor del cuello. Esta grasa, a veces llamada grasa faríngea, rodea las vías respiratorias superiores y las comprime al reclinarse. Cuanto más estrechas sean las vías respiratorias, mayor será la resistencia al flujo de aire, especialmente durante la inhalación. Esto facilita la vibración de tejidos blandos como la úvula y el paladar blando, lo que provoca los ronquidos.
Compresión de la grasa abdominal y el diafragma
El exceso de peso en la zona abdominal también puede contribuir indirectamente a los ronquidos. La grasa abdominal ejerce presión sobre el diafragma (el principal músculo respiratorio) y puede limitar la expansión pulmonar. Esta presión aumenta al acostarse boca arriba, lo que comprime aún más la caja torácica y reduce la capacidad pulmonar. A medida que la respiración se restringe, las vías respiratorias se vuelven inestables y propensas a colapsar durante el sueño.
Pérdida de tono muscular
El aumento de peso suele ir acompañado de una reducción de la actividad física y del tono muscular. Los músculos de las vías respiratorias superiores, en particular los que sostienen la lengua y el paladar blando, pueden debilitarse con el tiempo. Cuando estos músculos no pueden mantener la tensión durante el sueño, es más probable que los tejidos se relajen y se retraigan hacia las vías respiratorias, lo que aumenta el riesgo de obstrucción y ronquidos.
El vínculo entre la obesidad y la apnea obstructiva del sueño (AOS)
Aunque roncar es común por sí solo, los ronquidos persistentes o fuertes pueden ser un signo de algo más grave: la apnea obstructiva del sueño (AOS). La AOS es un trastorno del sueño en el que las vías respiratorias se bloquean parcial o totalmente repetidamente durante el sueño, lo que provoca interrupciones de la respiración que pueden durar desde unos segundos hasta más de un minuto.
La obesidad es uno de los factores de riesgo más importantes para la AOS. Las investigaciones demuestran que incluso un aumento del 10 % en el índice de masa corporal (IMC) puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar esta afección. Esto se debe a que los mismos depósitos de grasa que causan los ronquidos también aumentan la probabilidad de que las vías respiratorias se colapsen por completo durante el sueño, interrumpiendo por completo el flujo de aire.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es un problema de salud grave que afecta mucho más que el descanso nocturno. Las caídas repetidas de los niveles de oxígeno ejercen una enorme presión sobre el sistema cardiovascular. Si no se trata, la apnea del sueño aumenta el riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes y deterioro cognitivo. Si ronca con fuerza, jadea o se ahoga durante el sueño, o se siente agotado durante el día, es importante consultar con un especialista del sueño para descartar la AOS.
Cómo el sobrepeso contribuye a los ronquidos y la apnea del sueño
Las investigaciones demuestran que el exceso de peso corporal aumenta la probabilidad e intensidad de los ronquidos. En particular, la acumulación de grasa alrededor del cuello puede estrechar las vías respiratorias superiores, haciéndolas más propensas a colapsar durante el sueño. Un estudio ( Sleep , 2008) reveló que las personas con mayor tejido adiposo alrededor del cuello presentaban ronquidos más graves y trastornos respiratorios del sueño. Si bien las estimaciones varían, algunas investigaciones sugieren que incluso un aumento del 10 % del peso corporal puede aumentar el riesgo de desarrollar apnea del sueño de moderada a grave en más de un 30 %.
La buena noticia es que los ronquidos relacionados con el aumento de peso suelen ser, al menos parcialmente, reversibles. Con pequeños cambios constantes, como mejorar la higiene del sueño, hacer ejercicio con regularidad y comer de forma más consciente, puede empezar a notar mejoras en la calidad del sueño. Sin embargo, es importante tener en cuenta que bajar de peso puede no eliminar por completo los ronquidos en todos los casos. Factores como la genética, la estructura anatómica y la distribución de la grasa (especialmente alrededor del cuello en comparación con el abdomen) influyen. Incluso las personas con un peso normal pueden experimentar ronquidos debido a factores no relacionados con la grasa corporal.
¿Pueden los ronquidos contribuir al aumento de peso? Una relación bidireccional
La relación entre el peso y los ronquidos no es unidireccional. Si bien es bien sabido que el aumento de peso puede aumentar la probabilidad de roncar, también ocurre lo contrario: los ronquidos crónicos y la mala calidad del sueño pueden contribuir al aumento de peso o dificultar la pérdida de peso.
Desequilibrio hormonal causado por la interrupción del sueño
Cuando el sueño se interrumpe noche tras noche, ya sea por ronquidos o apnea del sueño, la regulación hormonal del cuerpo comienza a cambiar. Los niveles de grelina, la hormona que estimula el apetito, aumentan. Al mismo tiempo, los niveles de leptina, la hormona responsable de la sensación de saciedad, disminuyen. Este desequilibrio promueve comer en exceso, picar entre comidas con frecuencia y antojos de alimentos ricos en azúcar o grasa a lo largo del día.
Reducción de energía y metabolismo más lento.
La falta de sueño no solo afecta el apetito, sino que también limita la motivación y la energía para la actividad física. Cuando estás constantemente cansado, disminuyen tus ganas de hacer ejercicio y es más probable que dejes de moverte por completo. Además, tu metabolismo se ralentiza, lo que dificulta quemar calorías eficazmente, incluso cuando estás activo.
El ciclo del aumento de peso y los ronquidos
En conjunto, estos efectos pueden crear un ciclo que se perpetúa a sí mismo:
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Los ronquidos interrumpen el sueño
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La falta de sueño provoca aumento de peso debido al aumento del apetito y la inactividad.
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El exceso de peso empeora aún más los ronquidos
Romper este ciclo requiere un enfoque combinado: mejorar la higiene del sueño, controlar los ronquidos y realizar cambios graduales en el estilo de vida para favorecer la pérdida de peso. Incluso pequeñas mejoras en el sueño y la actividad diaria pueden empezar a encaminar el ciclo hacia una dirección más saludable.
Cómo la pérdida de peso puede ayudar a reducir o eliminar los ronquidos
Si el sobrepeso contribuye a los ronquidos, es lógico que bajar de peso ayude a reducirlos o incluso a eliminarlos, y los estudios lo confirman. Bajar de peso, especialmente en el cuello y el abdomen, puede aliviar la presión en las vías respiratorias, restablecer un mejor flujo de aire y mejorar los patrones respiratorios durante el sueño.
Incluso una reducción de peso modesta, tan solo del 5 al 10 % del peso corporal, puede producir mejoras notables en los ronquidos. Al perder grasa alrededor del cuello, las vías respiratorias se reducen. Simultáneamente, la reducción de la grasa abdominal alivia la presión sobre el diafragma y los pulmones, lo que mejora la oxigenación y disminuye la probabilidad de colapso de las vías respiratorias durante el sueño.
En algunos casos, bajar de peso también puede reducir la gravedad de la apnea del sueño, aunque no siempre la elimina por completo. En cualquier caso, bajar de peso tiene múltiples beneficios para la salud, como una mejor salud cardiovascular, menor inflamación, mejores niveles de energía y un mejor estado de ánimo; todo lo cual contribuye a un mejor descanso nocturno.
Si buscas reducir los ronquidos bajando de peso, es importante hacerlo de forma sostenible. Esto incluye actividad física regular, una alimentación equilibrada, una hidratación adecuada y, lo que es igual de importante, priorizar el sueño, ya que dormir mejor favorece el control del peso.
Cuando tus ronquidos afectan el sueño de otra persona
Los ronquidos no solo afectan a quien los ronca, sino que también suelen tener un impacto grave en su pareja. De hecho, las parejas de personas que roncan pueden perder hasta una hora de sueño cada noche, lo que provoca fatiga crónica, irritabilidad, falta de concentración e incluso tensión en la relación. No es de extrañar que los ronquidos sean una de las razones más comunes por las que las parejas terminan durmiendo en habitaciones separadas.
Si está trabajando activamente en cambios de estilo de vida o tratamientos médicos para reducir los ronquidos, es importante que también apoye el sueño de su pareja mientras tanto. Esto es especialmente cierto durante la fase de transición, cuando las mejoras pueden tardar tiempo.
Una forma sencilla y eficaz de apoyar a tu pareja es ayudándole a enmascarar o controlar el sonido de los ronquidos. Ahí es donde entra en juego la tecnología moderna de audio para dormir.
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Conclusión
Los ronquidos son más que un simple ruido. Suelen ser una señal visible (o mejor dicho, audible) de problemas respiratorios y mala calidad del sueño, ambos con consecuencias duraderas para la salud y el bienestar. Cuando el aumento de peso contribuye a los ronquidos, también puede provocar una serie de otros problemas de salud: falta de energía, aumento del estrés, hipertensión arterial y mayor riesgo de apnea obstructiva del sueño.
Y mientras lo haces, recuerda que tu entorno de sueño también es importante, tanto para ti como para tu pareja. Ya sea abordando los ronquidos desde el origen o utilizando herramientas que ayuden a proteger un sueño reparador mientras tanto, tomar medidas inteligentes hoy puede resultar en mejores noches, días más despejados y beneficios para la salud a largo plazo.
Preguntas frecuentes
¿Aumentar un poco de peso puede provocar ronquidos?
Sí. Incluso un aumento de peso moderado, sobre todo en el cuello o la parte superior del cuerpo, puede estrechar las vías respiratorias lo suficiente como para aumentar la resistencia al flujo de aire y provocar ronquidos. No siempre se necesita un gran aumento de peso para que se produzcan estos cambios.
¿Perder peso siempre hará que los ronquidos dejen de desaparecer?
No siempre, pero puede ser de gran ayuda. Bajar de peso suele reducir los depósitos de grasa que comprimen las vías respiratorias, lo que mejora el flujo de aire durante el sueño. Sin embargo, si los ronquidos se deben a otros factores, como la congestión nasal o la postura al dormir, podrían necesitarse estrategias adicionales.
¿Es peligroso roncar debido al aumento de peso?
Roncar en sí no es peligroso, pero si se debe a un aumento de peso, podría ser un signo de apnea obstructiva del sueño (AOS), una afección grave que afecta la respiración durante el sueño. Si los ronquidos son fuertes, persistentes o se acompañan de fatiga diurna, es importante consultar con un profesional de la salud.


